Friday, July 15, 2011

HITLER Y STALIN: DE UN BUITRE SUS DOS ALAS


CURIOSIDADES DE LA HISTORIA






Si piensas que el Sovietismo estaba lejano al Nazismo ideológicamente, te motivo a que lo reconsideres. Incluso en el momento decisivo Adolf Hitler y Joseph Stalin llegaron a un acuerdo de no agresión secreto pues antes de hacer el pacto con una democracia prefirieron darse el abrazo totalitario en la unión de los dos sistemas mas extremistas de todos los tiempos.

Aca incluyo algunas caricaturas sobre la forma como el mundo percibió en su momento la afinidad y unión entre Hitler y Stalin la cual no pasó desapercibida. Son caricaturas que fueron publicadas en la decada de los 1930s mediante los lentes de la prensa critica de su tiempo

No hay nada mas parecido a un extremista que otro extremista, no hay nada mas parecido a una ideología totalitaria que otra ideología totalitaria. En ambos casos se persigue, se excluye, hay dictadores, culto a la personalidad, policia secreta, propaganda, adoctrinamiento y todos los ingredientes que hacen el pie totalitario.

La luna de miel de Hitler y Stalin

Baldomero Vásquez

CARACAS, Venezuela, agosto, www.cubanet.org -“Anticomunista” es uno de los estigmas más importantes dirigidos contra quienes denuncian los grandes crímenes del socialismo real y las similitudes del nazismo y el comunismo. Es una descalificación retórica y vacía, a la que vale responder resaltando no sólo las semejanzas teóricas de ambos regímenes, sino las afinidades que en la experiencia histórica tuvieron.

Debemos a Hannah Arendt, en Los Orígenes del Totalitarismo, el inestimable aporte de integrar el nazismo y el comunismo en un solo concepto teórico: totalitarismo. Aunque es importante apuntar que para su momento aquellos dos fenómenos sociales se encontraban en vectores temporales diferentes: el primero expiraba históricamente de manera irremediable a raíz de su derrota en la segunda guerra mundial, al otro le esperaban varias décadas de vida hasta su bienvenido fallecimiento en 1989.

Fue, precisamente, la participación de la URSS en la guerra contra Alemania, uno de los elementos más importantes de dio legitimidad mundial al comunismo soviético. La propaganda emanada del PCUS, difundida por sus sucursales alrededor del mundo, presentaría a la URSS y a Stalin como campeones de la lucha antifascista. A tal fin, se remarcaba la importancia de la derrota sufrida por Hitler en Stalingrado -campaña donde perdieron la vida alrededor de 1,1 millones de soldados soviéticos y 800 mil alemanes.

A nuestro juicio, sería erróneo extraer de esa historia de vencedor la conclusión de que Stalin y el comunismo soviético eran antifascistas por sus principios socialistas, pues su declaración de guerra contra Alemania fue una respuesta a la invasión nazi a la URSS en junio de 1941 (Operación Barbarroja). Este no fue el caso de Inglaterra y Francia, potencias que entraron en guerra contra Alemania sin haber sufrido ningún ataque militar de su parte.

Al contrario, de lo que siempre dijo la propaganda comunista, mostraremos que hubo una gran afinidad entre el comunismo estalinista y el nazismo. Prueba del entendimiento fraterno y afectuoso que hubo entre Hitler y Stalin, y que perduró durante los veintidós meses previos a la invasión alemana, fue el banquete ofrecido el 28 de septiembre de 1939 por Stalin en honor de von Ribbentrop para celebrar las exitosas invasiones a Polonia realizadas por ambos regímenes, los nazis el 1 de septiembre y el 17 los comunistas soviéticos. La mutua voluntad de acentuar las relaciones políticas y económicas entre Alemania y los Soviets, marcaría el tono de los brindis (1).

Pero, la más significativa prueba de afecto y cordialidad entre los dos líderes totalitarios ocurriría el día del cumpleaños de Stalin, en diciembre de 1939. El telegrama de felicitación del Furher decía: “Con motivo del sesenta aniversario de su nacimiento, le ruego reciba mis felicitaciones más sinceras. Aprovecho la ocasión para formular mis mejores votos por su salud personal y por el dichoso porvenir de los pueblos de la Unión Soviética, que mantiene amistosas relaciones con el Reich”. Y en la cordial respuesta de Stalin leemos: “Os doy las gracias por vuestra felicitación y también os expreso mi gratitud por los buenos deseos que expresáis para los pueblos de la URSS” (2).

Razonablemente Stalin no podía creer en una invasión de tan entrañable amigo, lo cual explica el comunicado emitido por la agencia TASS siete días antes del ataque: “Ante los absurdos rumores, los organismos responsables juzgan necesario afirmar que son pura propaganda lanzada por las fuerzas contrarias a la URSS y a Alemania, con el fin de extender e intensificar la guerra” (Ailsby C. TERCER REICH día a día. Ed. LIBSA. p.139).

Esta larga luna de miel entre Hitler y Stalin es otro de los temas que nunca es abordado por los izquierdistas. Pretenden esconder la verdadera cara del socialismo, calificando de propaganda imperialista las denuncias de sus horrores.

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