Gracias a la
valentía de los que resisten, ayer el mundo pudo conocer el verdadero rostro
del poder en Venezuela. El régimen ilegitimo de Maduro y la pandillita de
enchufados no pudo mantener más su disfraz y se mostraron tal y como son, cobardes, violentos e incapaces de respertar la voluntad del pueblo Venezolano. Quitarle a fuerza de golpes el derecho de palabra a los diputados opositores en una Asamblea Nacional tiene el mismo efecto que su clausura; elemento clasico que distingue a todas las dictaduras de América Latina.
Usando la fuerza
bruta de los cobardes, el dictador de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello intentó (sin éxito) quebrantar la voluntad de los opositores y obligarlos a reconocer a un régimen
ilegitimo. Los opositores dijeron "No reconocemos a un gobierno ilegitimo”
y procedieron a protestar pacíficamente levantando una pancarta que decia “Golpe
al Parlamento” Al serles negado el derecho de palabra, la oposición uso todo lo
que civilizadamente podían usar. Sacaron pitos y cornetas para manifestar su
oposición a lo que claramente fue en el sentido más dictatorial de la palabra una censura abierta contra la
mitad del pueblo venezolano.
Parece que Diosdado
Cabello quiere jugar a ser Robespierre. Salvo las excepciones obvias entre un
abogado radical del siglo 18 y un militar semi analfabeto del siglo XXI,
Cabello olvidó que el represor de la Revolución Francesa terminó en la
guillotina, siendo devorado por la misma maquinaria que ayudó a construir.
¿Ante este atentado contra la democracracia, donde esta la fuerza critica y la defensa de los derechos por parte de los gobiernos de América Latina? La respuesta es obvia: Han sido un ejemplo nada digno de "Petro Silencio."
¿Ante este atentado contra la democracracia, donde esta la fuerza critica y la defensa de los derechos por parte de los gobiernos de América Latina? La respuesta es obvia: Han sido un ejemplo nada digno de "Petro Silencio."
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