Visitar La Habana con los ojos cerrados, es un enigma. Sus calles se muestran llenas de frutas, los hombres con sombreros llevan, como adorno en sus rostros, una enorme sonrisa, las mujeres como único maquillaje, llevan al sol sobre la piel y deslumbran por esa “sandunguera” forma con que se comportan, propio solo de aquellos que nacen en el Caribe.
Respuesta del Compañero:
¿O esto se trata de la narrativa de un viajero a mitad del siglo XIX o las imágenes y estereotipos coloniales del trópico no han trascendido de lo superficial, lo imaginario y lo estereotipado después de casi 300 años del fin del colonialismo español en América Latina y menos de la mitad de ese tiempo en el Caribe? ¿Frutas en la calle? ¿Hombres con sombrero? ¿Mulatas sandungueras?
Yo te sugiero que la próxima vez abras bien los ojos y notaras que lo que tu pensabas eran frutas posiblemente sean bolitas de excremento canino que pululan por doquier en las calles de Ciudad Habana.
De la sonrisa, esa es cuestión de idiosincrasia: el cubano incluso aunque se este muriendo se ríe. Pero debes trascender mas allá de los mitos coloniales y adentrarte un poco en la esencia de los problemas del cubano, traspasar ese muro imaginario que solo te hace ver flores, sombreros, frutas y mulatas y adentrarte en la Otra Cuba, esa que a grito habla de un país que sobrevive que tiene esperanza en el cambio y la democracia que nunca llegan, en la Cuba del racismo, en la Cuba de la represión, en la Cuba de la sobrevivencia y la desesperanza.
Mi estimado Gallegin o Gallegina, salga de ese novelon de Cirilo Villaverde que Cuba esta en el siglo XXI y para los cubanos no hay fruta que valga, ni negrito con sombrero. Hay mucha carencia, mucha falta de libertades, mucha desesperanza y mucho deseo de cambio.
Aprenda a ver a Cuba de forma profunda, de manera objetiva, por la óptica que le corresponde y no haga de la pobreza y la opresión un lindo especulo folclórico, que los cubanos preferiríamos que no nos adoraran tanto y desearan que fuéramos libres.
Si, adoren a Cuba, pero adórenla libre y con derechos, no la adoren para ver a la mulata sandunguera con un salario de $10 dólares al mes riéndole la gracia al bofe Gallegin visitante. Adórenla para ver al cubano de pie, libre y con la frente en alto compitiendo con el mundo entero de tu a tu para progresar como nación y demostrar competitivamente de lo que seremos capaces en una Cuba libre.
Saludos cordiales,
El Compañero.
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