Monday, March 01, 2010

CUBA: JUSTICIA MORTAL

CUBA: JUSTICIA MORTAL
Editorial, Los Angeles Times
1ro de marzo 2010
Traducción de Rolando Cartaya:

El albañil Orlando Zapata Tamayo no había matado a nadie. No tramó un asesinato ni el derrocamiento violento del gobierno. Fue detenido el 20 de marzo de 2003, en Cuba, mientras participaba en una huelga de hambre para exigir la liberación de los presos políticos, y fue sentenciado a tres años de prisión, según Amnistía Internacional, por cargos de desacato a Fidel Castro, así como desorden público y desobediencia.

Durante los siguientes seis años, se cree que Zapata fue encausado en otras ocho ocasiones y sentenciado por lo menos tres veces más, con lo que su condena escaló a unos 36 años de cárcel. Una cifra que —según dicen sus amigos— podría ser inexacta, debido a que estos procesos judiciales son secretos. Ahora Zapata ha muerto, a consecuencia de una huelga de hambre más, esta vez de 85 días, para protestar contra las golpizas y otras condiciones penitenciarias.

El presidente Raúl Castro debería sentirse avergonzado. En lugar de ello, se ha mostrado despectivo, afirmando que la muerte de Zapata fue, de alguna manera, culpa de los Estados Unidos porque, para el gobierno cubano, todos sus críticos son lacayos de la subversión alentada por Washington. Castro habría dicho que Zapata no fue ni torturado ni ejecutado. “En Cuba sólo se tortura en la base de Guantánamo”, alegó.

Cierto, señor Presidente, graves violaciones de derechos humanos fueron cometidas contra sospechosos de terrorismo recluidos por Estados Unidos en el centro de detención de la Bahía de Guantánamo en Cuba; y fueron denunciadas atronadoramente por la gente que en este país se sintió traicionada y deshonrada por nuestro gobierno. Pero ¿a quién se le permitirá en Cuba protestar por la muerte de Zapata? ¿A quién se le permitirá inspeccionar las cárceles cubanas o impugnar la afirmación suya de que allí la tortura nunca ha tenido lugar?

Amnistía Internacional había contado 55 “presos de conciencia” en las cárceles cubanas. Ahora son 54. Un informe de Human Rights Watch sobre los presos cubanos el año pasado documentaba cómo aquellos que critican al gobierno o denuncian abusos son sometidos a golpizas y largos períodos de confinamiento solitario, y se les niegan la atención médica, las visitas familiares y las llamadas telefónicas.

Human Rights Watch documentó decenas de casos en que funcionarios de las prisiones humillaron y maltrataron físicamente a los presos políticos. Las autoridades penitenciarias les sometíeron sistemáticamente a confinamiento solitario en celdas descritas como angostas, míseras, sin colchones ni ropa de cama; algunas en total oscuridad; otras con potentes luces permanentemente encendidas, y donde reciben, a intervalos irregulares, alimentos inadecuados y podridos.

Eso, a nosotros, nos suena a tortura. Y aunque Zapata no enfrentó al verdugo, está muerto por disentir.

Fuente:
Editorial de los Angeles Times, 1ro de Marzo del 2010 Cuba's deadly justice via Penultimos Dias

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