"Yo creo en los tiempos de Dios" dijo el Henrique Capriles el pasado 7 de Octubre cuando todo parecía estar perdido. El dictador Chavez al mando de un régimen caudillista había ganado las elecciones con la ayuda de su maquinaria monumental y de todo un régimen controlador de los poderes independientes y los recursos para comprar conciencias y quebrantar voluntades.
En aquél entonces Capriles no ganó las elecciones, pero tuvo el indiscutible merito (a pesar del monumental ventajismo oficialista) de conquistar cerca de 7 millones de votos, haciendo historia y convirtiendo a su movimiento en el de mayor cantidad de opositores en la historia de la resistencia frente a una dictadura.Nunca antes un movimiento en pro de la libertad en América Latina contó con tal cantidad de votos en la lucha frente al despotismo.
Hoy los venezolanos tienen una segunda oportunidad, la posibilidad de un nuevo amanecer para su país. Del voto de hoy se decidirá que sendero escogen los venezolanos: Por una lado esta la continuidad en el oscuro camino hacia el “totalitarismo al estilo Castrista presidio por mentira fresca y el grupito de los enchufados” y por otro lado la posibilidad de hacer historia, de convertir el 14A en el antes y el después de Venezuela, en hacer de este el día que defina el camino adelante en prosperidad, inclusión, democracia y progreso para todos los Venezolanos sin importar el color de su franela ni la ideología ni clase social de cada cual.
¡Suerte Venezuela! Sepan decidir, que prevalezca el voto de los libres, el voto por Capriles que pocas veces un país tiene esta posibilidad que Dios les ha dado.
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